2019

Thomas Sheldon, vida y traducción: en torno a los motivos de la primera tradución inglesa del Quijote
Gerardo Antonio Cortés Mariño

El Colegio de México

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Recibido: 25 enero 2019
Aceptado: 5 julio 2019


Introducción

No hace mucho, con ocasión de un seminario de trabajos de traducción en El Colegio de México, Aurelio González elaboró —palabras más, palabras menos— el siguiente cuestionamiento: «Habrá que preguntarse por qué se tradujo el Quijote apenas siete años después de su aparición y La regenta 100 años después». La pregunta se generó a la sazón de la primera traducción del Quijote por Thomas Shelton, versión inglesa de la novela que apareció en Londres en 1612 en la imprenta de Edward Blount. Más que al tema de las novelas o a sus autores, la pregunta de González buscaba enfatizar la importancia política y cultural que tenía el Imperio español a finales del siglo XVI y principios del XVII en el mapa geopolítico europeo.

Si miramos lo anterior desde el caso específico de Inglaterra, habrá que decir que el peso de la presencia española en el reino insular durante la época antes mencionada se reflejó en el fin de las políticas bélicas entre ambas monarquías y en la continuidad de la influencia literaria española. Con respecto a lo político, el cambio de siglo es testigo de una modificación de las relaciones entre Inglaterra y España. Durante la segunda mitad del siglo XVI, y particularmente desde que decidió apoyar a los Países Bajos en su guerra contra España (1585), Isabel I lideró a su reino en una guerra en contra del Imperio español. A su muerte en 1603, su sucesor, Jacobo I, decide mejorar las relaciones diplomáticas entre ambas monarquías.

La intención de Jacobo de establecer una alianza con España surgió desde que era rey de Escocia. La ventajosa posición geográfica de este reino con respecto a Inglaterra le permitía en ocasiones aspirar a un posible pacto con Francia o, incluso, con España. Frente a esta posibilidad, la reina Isabel decidió hacer de Jacobo un aliado de su reino prometiéndole la sucesión al trono inglés.(1) Ya coronado rey, Jacobo hace las paces con España y busca un acercamiento cada vez mayor con este reino, lo que le llevará, incluso, a buscar un arreglo matrimonial entre sus hijos varones y las infantas españolas.(2) El sueño del rey no se cumplirá, pero su acercamiento a España dejará una huella importante en la isla.

El cambio en términos de políticas diplomáticas que se da entre España e Inglaterra a principios del XVII es algo que no ocurre en el ámbito literario. Aquí, el acercamiento de Jacobo a la monarquía continental potencia la influencia que la literatura española ya tenía en la isla desde mediados del siglo XVI. En su estudio El Barroco hispánico en Inglaterra: proyección, presencia e influjo de la literatura de España en el siglo XVII inglés Gabriela Villanueva Noriega no sólo expone los prejuicios que existieron durante el siglo XX con respecto a la importante influencia española en autores isabelinos y jacobinos, sino que también estudia los mecanismos más sutiles que velaron esta deuda.

Ya sea en términos de cambios o de continuidad, las anteriores líneas señalan que el momento en el que aparece la traducción del Quijote en Inglaterra es único en las relaciones entre Inglaterra y España. Ahora bien, los avatares de la recepción del Quijote en la literatura inglesa han sido estudiados por multitud de críticos (prácticamente todas las investigaciones en torno al origen de la novela en Inglaterra tienen que tratar la importancia que tuvo el Quijote para autores como Henry Fielding, Daniel Defoe y Laurence Sterne); en cambio, lo que ha recibido muy poca atención ha sido la figura del primer traductor de la novela. Fuera de mencionar algunos cuantos datos biográficos en torno a este traductor, prácticamente ningún estudio de esta primera versión del clásico español ha intentado profundizar en el conocimiento de la vida de Thomas Shelton o siquiera planteado la pregunta de por qué tradujo el Quijote.(3) A partir de la recopilación y análisis de lo que hoy se sabe acerca de este traductor y de ciertos fenómenos que se dieron dentro de las circunstancias históricas en las que vivió, este artículo se propone abonar a la comprensión de la vida y obra de Thomas Shelton al aclarar los posibles motivos por los que éste realizó la primera traducción del Quijote. Una investigación que sin duda contribuye al mejor entendimiento de esta versión y de su recepción inicial en Inglaterra.(4)


Metodología

Para que la información que se obtenga del análisis de la vida y circunstancias históricas en las que vivió Shelton nos sea útil, es necesario partir de algunos principios metodológicos de historia de la traducción; éstos nos permitirán enfocar los temas a tratar desde una perspectiva que nos permita formular una respuesta al porqué de la primera traducción del Quijote.

En su libro Method in Translation History, Anthony Pym propone una metodología historiográfica específica para la traducción. Su punto de partida es la crítica a los limitados alcances que han tenido los estudios de historia de la traducción bajo esquemas historiográficos tradicionales. Según su opinión, estos estudios han pasado por alto aspectos específicos de la actividad traductora y de los traductores, como, por ejemplo, el hecho de que los traductores se desenvuelven en ambientes multiculturales y que normalmente éstos ¬se desplazan en busca de empleadores que puedan utilizar sus servicios como traductores, intérpretes o profesores de lengua. Además de lo anterior —dice Pym— es necesario recordar que la traducción es una actividad que casi siempre se lleva y se ha llevado a cabo dentro de redes. Como se verá más adelante, las traducciones, al igual que muchas obras originales del siglo XVII, no se hacían únicamente con un interés estético; en esta época, originales y traducciones además de un qué y de un por qué tenían un para quién que, como se verá más adelante, era de suma importancia para establecer contactos, encontrar mecenas o abrirse paso hacia alguna corte.

Con base en sus críticas, Pym elabora cuatro principios que deberían de seguir los estudios de historia de la traducción:

The first principle says that translation history should explain why translations were produced in a particular social time and space. [...]

The second principle is that the central object of historical knowledge should not be the text of the translation, nor its contextual system, no even its linguistic features. The central object should be the human translator, since only humans have the kind of responsibility appropriate to social causation. [...]

If translation history is to focus on translators, it must organize its world around the social contexts where translators live and work. [...] As a general working hypothesis, then, translators tend to be intercultural, although far more research must be done before we can hope to give this term ‘intercultural’ a precise programmatic meaning. [...]

We do translation history in order to express, address and try to solve problems affecting our own situation. [...] The priority of the present is not only unavoidable but also highly desirable; I am in favour of serious subjective involvement in translation history.(5)

Preguntarse e intentar responder al porqué una traducción, asumir al traductor como un individuo inserto en un contexto particular con deseos y necesidades particulares, considerarlo como un individuo formado a partir de elementos multiculturales distintos y, finalmente, utilizar esta información para entender situaciones problemáticas actuales son los principios que según Pym deberían de guiar la historia de la traducción. En este artículo nos proponemos aplicar los principios antes mencionados al caso de la biografía de Thomas Shelton; así, los primeros tres puntos nos ayudarán a ampliar los horizontes de lo que se puede deducir a partir de lo poco que se sabe de la vida de Shelton. Lo anterior nos permitirá argumentar en torno a la plausibilidad de ciertas motivaciones que llevaron a Shelton a traducir el clásico español.

Con respecto al cuarto principio, nos distanciamos de la idea un tanto ambiciosa de considerar que la investigación histórica con respecto a fenómenos de traducción debe intentar solucionar problemas que afectan nuestro entorno. Sobre este tema soy de la opinión que un trabajo de historia de la traducción debe aspirar, en primer lugar, a generar una mejor comprensión de un aspecto específico del mundo que nos precedió. Establecer esta meta como el resultado de una investigación en historia de la traducción —algo no menos ambicioso que lo que plantea Pym— puede ser, según mi opinión, un primer paso para encontrar soluciones a los problemas del presente.


Thomas Shelton, vida y traducción

Durante años, la figura de Thomas Shelton fue un mero dato bibliográfico de la primera traducción al inglés del Quijote. No fue sino hasta los años 50 del siglo XX, cuando Edwin B. Knowles se dio a la tarea de investigar a fondo la vida de Shelton; los resultados de su investigación aparecieron en el conocido artículo «Thomas Shelton, Translator of Don Quixote» en 1958.(6) Al inicio, el artículo atestigua todas las dificultades que giran en torno a la investigación de la vida de este traductor. En primer lugar, Knowles se enfrentó al problema de los homónimos: además del Thomas Shelton traductor, hubo otro Thomas Shelton que fue conocido por inventar un sistema de notación taquigráfica. En segundo lugar, el investigador tuvo que desmentir la creencia de que Shelton era un autor inglés: según toda la evidencia que pudo reunir, Thomas Shelton fue un irlandés católico que estudió durante unos años en España y del que no se sabe si pisó Londres alguna vez en su vida. Además de estas dos dificultades, Knowles tuvo que vérselas con problemas como el de las modificaciones ortográficas de nombres, correspondencias incompletas, información dispersa por varios países, y, sobre todo, la falta de datos básicos en torno a Shelton como el año de su nacimiento y muerte.

Guiándose por el apellido del traductor, Knowles dio con una familia en Irlanda que concordaba con algunos datos que posteriormente otros personajes que conocieron a Shelton mencionarían en intercambios epistolares. Como resultado de su investigación, Knowles pudo establecer que Thomas Shelton creció en una familia católica y que fue el tercero de siete hijos de Henry y Margaret Shelton. Para determinar el lugar y tipo de formación del traductor, el investigador recurrió a los archivos del Colegio Irlandés de Salamanca, España, en donde está registrado un «Thomas Shelton, Dublinensis» como alumno en 1597. Las claves que ayudan a entender el porqué de la presencia de Shelton en España las brinda la circunstancia socio-política que vivía Irlanda a finales del siglo XVI. En 1559 la reina Isabel decide reestablecer la Oath of Supremacy, el documento que su padre, Enrique VIII, había elaborado para proclamarse cabeza de la Iglesia de Inglaterra y que su antecesora, la reina María, había anulado. El restablecimiento de la Oath generó tensiones entre las diferentes confesiones del reino, siendo los católicos, otrora protegidos por la reina María, los más afectados. De entre los católicos, quienes se opusieron con mayor determinación a la Oath fueron los irlandeses.

Durante la segunda mitad del siglo XVI la historia de Irlanda está marcada por sus conflictivas relaciones con Inglaterra. Después de la publicación de la Oath, en Irlanda surgieron varios grupos de rebeldes católicos. Para hacerles frente, la monarca ofreció algunos privilegios a los nobles irlandeses que se pusieran de su parte; quienes no aceptaron los términos de la reina fueron perseguidos. La política de persecución de los grupos rebeldes católicos se agudizó en los años 80 del siglo XVI, justo cuando empezó la guerra entre el reino de Inglaterra y el de España. La persecución de católicos en Irlanda se recrudeció para evitar que los españoles se aliaran con los irlandeses y que aquéllos utilizaran el territorio irlandés para operar cerca de Inglaterra durante la guerra. De las acciones más violentas durante estos años se encuentra la represión de la rebelión del conde Gerald Fitzgerald, también llamada la Rebelión de Cork, en 1582.(7)

Más adelante, a finales del siglo XVI, comienza otra rebelión en Irlanda liderada por Hugh O’Neill, conde de Tyrone. Después de conocer los efectos del levantamiento de Fitzgerald, el conde intentó negociar con la corona inglesa más autonomía para los nobles irlandeses. A la vez que hacía esto, también entablaba diálogos con España y Escocia para establecer alianzas en caso de que fracasaran las negociaciones con la reina Isabel. Como era de esperarse, la reina no estaba dispuesta a otorgar más autonomía a los irlandeses frente a la posibilidad de que éstos se aliaran militarmente con España. Ante la negativa, Tyrone decide rebelarse confiando en la ayuda de los españoles, misma que no llegó a tiempo ni en la cantidad esperada. En su punto climático, la rebelión de Tyrone provocó que, en 1599, la monarca inglesa decidiera enviar a Irlanda a uno de sus favoritos, Robert Devereux, conde de Essex, junto con 16,000 soldados. La fácil victoria sobre los rebeldes irlandeses que la reina esperaba nunca ocurrió. Essex siguió un plan distinto al acordado, dilapidó fondos y perdió batallas clave. La fallida empresa provocó que Tyrone pudiera negociar su perdón y que, después de rebelarse brevemente contra la reina, Essex fuera enjuiciado y decapitado en 1601.

De entre quienes se opusieron a la Oath of Supremacy se cuenta al sheriff Henry Shelton, padre de Thomas, que en 1596 fue hecho prisionero hasta su muerte por este motivo. Un par de años después, en 1598, el hermano mayor de Thomas, John Shelton, fue capturado y ahorcado por su participación en la planeación del asalto al Castillo de Dublín. Según una carta que cita Knowles, después de la aprehensión de John se buscó a Thomas sin éxito. Se podría suponer que para poner a salvo a los miembros de la familia que pudieran caer presos de los ingleses, los Shelton hayan decidido enviar a España a Thomas; sin embargo, para explicar la presencia de Shelton en el Colegio Irlandés de Salamanca es necesario tomar en cuenta otra circunstancia familiar. Margaret Shelton, la madre de Thomas, era hermana de Peter Nangle, guardián del convento franciscano de Armagh. El dato es relevante si se toma en cuenta un factor clave que atravesará toda la vida de este traductor: las redes de franciscanos irlandeses en Europa.

Según expone Thomas O’Connor en «Irish Franciscan Networks at Home and Abroad, 1607-1640», la migración de irlandeses al continente a finales del siglo XVI y durante el siglo XVII se debió a varios motivos, entre ellos están el de la formación de clérigos y nobles, pero también el de la huida por persecución. La investigación de O’Connor muestra que este flujo de personas se dio gracias a las redes de clérigos irlandeses que se establecieron en los Países Bajos españoles, una zona que hoy comprende Holanda, Luxemburgo y Bélgica y que durante el siglo XVI y buena parte del XVII fue parte de la corona española. En este territorio, y siempre bajo el consentimiento del Vaticano y del rey de España, los clérigos irlandeses comenzaron a establecer colegios. El primero lo fundó el cardenal William Allen en Douai en 1568. De aquí, los colegios irlandeses se expandieron a París (alrededor de 1570), a Lisboa (1590) y a Salamanca (1592). A finales del siglo XVI, por iniciativa de Chistopher Cusak, se abrieron más colegios irlandeses en otras ciudades de los Países Bajos españoles. De entre los problemas que enfrentaron los franciscanos en esta región se encontraba el insistente entrometimiento de los jesuitas en la dirección de las instituciones; los colegios de Lisboa y Salamanca no pudieron evitar que la congregación ignaciana tomara el control de la enseñanza y la administración.

Teniendo estos datos presentes y tomando en cuenta el parentesco que tenían los Shelton con un miembro importante de la comunidad franciscana de Irlanda, es factible asumir, junto con Knowles, que frente a las circunstancias que vivía la familia, enviar a Thomas a Salamanca podía ser una buena manera de alejarlo del peligro de ser encarcelado y, a la vez, procurarle una buena educación. Si se toma en cuenta que la siguiente noticia que se tiene de Thomas en Irlanda después de la muerte de su hermano es hasta 1600, entonces podemos deducir que la estancia de Shelton en Salamanca se pudo haber prolongado desde que se encarcela a su padre en 1596 o desde que es sospechosos de colaborar con su hermano en 1597 hasta el año de 1600. Cualesquiera que sean las posibilidades que derivan de lo anterior, la información disponible señala que es muy factible que Shelton haya vivido y estudiado en Salamanca al menos por tres años y que a su regreso haya contactado a miembros rebeldes del grupo de Tyrone.

Como mencionamos previamente, las relaciones entre Irlanda e Inglaterra durante los últimos años del siglo XVI estuvieron marcados por batallas y por la persecución de católicos. Estas tensiones se tradujeron, entre otras cosas, en una compleja red de informantes y espías que seguían los movimientos de Tyrone y de sus aliados; gracias a esto, tenemos información en torno a Shelton y a sus actividades. En una carta que cita Knowles con fecha del 14 de agosto de 1600, el canciller irlandés Lord Loftus, le adjunta a Robert Cecil, secretario de la reina, el reporte de un espía que informa sobre algunos personajes que se encuentran el en círculo del conde Tyrone; entre ellos encontramos a Thomas Shelton:

Two of the parties named in it are men of good account, I mean Stainhurst and Nugent, the one named Walter being brother to Richard Stainhurst, the learned physician who is with the King of Spain, and the other called Richard Nugnet is eldest son to William Nugent, brother to the Lord of Delvin, which Richard by his mother shall be a good inheritor in the Pale. The other, named Shelton, is he of whom Sir Robert Gardener and myself heretofore wrote to your Honour in Lapley’s cause, having them intelligence that he was at Court, under pretence to be cured of the Queen’s evil. One of his brothers was executed with Lapley, and this young man hath been a good while in Tyrone with his treacherous uncle the Friar Nangle. I have made the more haste to let your Honour understand hereof, for that they departing so lately and going wholly through Scotland (where I doubt not they will think themselves very secure) there may be some good means used to have them apprehended there.(8)

Además de ser útil porque a través de él sabemos que en 1600 Shelton se encuentra en Irlanda, el reporte nos informa de otra circunstancia importante en la vida de Shelton: después de haber regresado a Irlanda y aparentemente sin haber obtenido un título en Salamanca, Shelton no tarda en planear su regreso al continente. El motivo por el cual esto sucede es lo que Knowles llamó «Shelton’s greatest indiscretion». En enero de 1601, Shelton dirige una carta a Florence MacCarthy, un rebelde irlandés casi tan peligroso para Inglaterra como Tyrone, en la cual se pone a su servicio para establecer vínculos con España: «This only rests, that as I have ever desired to serve your Lordship, so now, finding the opportunity of this bearer, I would not omit so fit an occasion to kisse your honourable hands, and signifie that respect I have ever borne towards you».(9) La carta es interceptada y entregada a Sir George Carew, el noble inglés que se encargará de capturar y enviar a la Torre de Londres a MacCarthy. El resultado de haber escrito esta imprudente carta: la persecución.

El reporte arriba citado también incluye el nombre de otro personaje clave: Richard Nugent. Este noble irlandés tuvo, al igual que Shelton, una familia con tradición rebelde; su padre, William Nugent, educado en Oxford y poeta ocasional en inglés y en irlandés, recibió arresto domiciliario en 1575 por oponerse a pagar ciertos impuestos a la corona inglesa. En 1582 William viaja al continente en busca de apoyo de los poderes católicos para los levantamientos irlandeses. De su hijo, Richard, se sabe que también viajó al continente alrededor de 1600 y que, en 1604, siguiendo las tradiciones literarias de la familia, publica un libro de versos titulado Cynthia: containing direfull sonnets, madrigalls, and passionate intercourses, describing his repudiate affections expressed in loves owne language. Que el autor de este libro de versos es con quien se encuentra Shelton en el reporte del espía y con quien planea un viaje al continente, lo señalan dos hechos. Por un lado, se sabe que Nugent tenía la intención de ir a España en busca del favor de Felipe III para ser incorporado al Regimiento Irlandés en los Países Bajos españoles. Para llevarlo a cabo, es factible pensar que se sirviera de un intérprete como Shelton, que además de conocer el continente, también sufría persecución política. Por otro lado, que lo anterior muy probablemente sí ocurrió se refleja en el hecho de que en el libro de versos de Nugent aparece un poema preliminar firmado por Thomas Shelton y que la siguiente noticia que se tiene de éste proviene de un registro de nombres de una asamblea capitular de los colegios irlandeses en la ciudad de Douai en 1604. Así, lo anterior sugiere que Shelton y Nugent salieron en 1601 de Irlanda o de Escocia hacia el continente y que posiblemente entre 1601 y 1604 Shelton se trasladó de España a los Países Bajos españoles.

El hecho de que el siguiente registro de Shelton después del reporte del espía sea en una asamblea de los colegios irlandeses, nos muestra que a su regreso al continente el traductor volvió a integrarse a la red de franciscanos irlandeses dentro de la cual se había formado. Al respecto, Knowles propone que la aparición de este «Thomas Skelton» (10) dentro de la red de los colegios irlandeses podría indicar que para entonces el traductor se desempeñaba como maestro en una de estas instituciones; tesis que tiene sentido si se toma en cuenta que esta red acoge a varios exiliados católicos de Irlanda y de Inglaterra y que Shelton tenía una muy apreciada formación jesuita que podían utilizar los franciscanos en sus colegios.

Entre el año de la aparición de su nombre en los registros de Douai y la publicación de su traducción del Quijote en 1612, el nombre de Shelton aparece en dos publicaciones, en la ya mencionada Cynthia (1604) de Richard Nugent y en la Restitution of Decayed Intelligence in Antiquities (1605) de Richard Verstegan. En ambos casos, la presencia de Shelton es breve y se restringe a la composición de un poema preliminar; tal vez sea por estas razones por las cuales no ha llamado la atención de la crítica. Sin embargo, si nos adentramos un poco más en estos textos nos daremos cuenta de que aún hay elementos por deducir de la relación entre las obras de Nugent, Verstegan y Shelton.

Según la investigación que Deirdre Serjeantson expone en su artículo «Richard Nugent’s Cynthia (1604): A Catholic Sonnet Sequence in London, Westmeath, and Spanish Flanders», el libro de versos de Nugent se encuentra dentro de una tradición lírica que utiliza el tema de la luna y de los nombres y términos derivados de este campo semántico (dentro del cual se encuentra el personaje mitológico de Cintia) para alabar a la reina Isabel. La investigación de Serjeantson muestra que la Cynthia de Nugent se une al tema del elogio de la reina sólo en un primer momento, pues su obra logra resignificar al personaje principal femenino para que los elogios a la reina también se lean como alabanzas a Irlanda. Haciendo esto, Nugent aspira a poner en la palestra de las discusiones estéticas de la corte inglesa un tema relacionado con el conflicto en torno a la identidad irlandesa y a la autonomía que éstos buscan frente a la corona inglesa. Al respecto, Serjeantson menciona lo siguiente: «Nugent’s sequence employs the volatile image of Cynthia, with all of its attendant connotations, to meditate on the volatile issues of his day: the interdependent questions of English rule, of the Catholic faith, and of the nature of Irish identity».(11)

Con respecto a lo anterior, el análisis de la investigadora también descubre los mecanismos estéticos con los cuales el poeta traza una suerte de identidad irlandesa a través de la temática amorosa de la obra; identidad que, paradójicamente, está relacionada con su decisión de escribir en inglés y no, como su padre, en irlandés (los poemas de Nugent se inspiran en formas que ya se encuentran en poetas como Sidney y Spenser). Según los argumentos de Serjeantson, este hecho no es llamativo a menos de que se consideren los vínculos que esta obra puede tener con las ideas de otra que también contiene un poema preliminar de Shelton, a saber, la Restitution of Decayed Intelligence in Antiquities.

Richard Verstegan, autor de la Restitution, nació en Londres a mediados del siglo XVI con el nombre de Richard Rowlands. Después de abandonar sus estudios en Oxford y de salir exiliado de Inglaterra por publicar un texto de la ejecución de Edmund Campion, Verstegan se dedicó a viajar por Europa y a escribir sobre mártires católicos. Después de realizar algunas traducciones de obras religiosas (entre ellas el primer misal tridentino en inglés) publica su Restitution. En esta obra, Verstegan busca esclarecer el origen histórico del pueblo inglés en un intento de establecer una suerte de identidad nacional; para hacerlo, recurre al análisis de la lengua sajona. Según su argumentación, el sajón no sólo sirve para trazar el origen de los ingleses, sino que también prueba que éstos están estrechamente emparentados con los irlandeses y los escoceses, grupos cuyas lenguas también se relacionan, según él, con esta lengua antigua. A lo largo del texto, Verstegan logra establecer un lazo entre los ingleses, irlandeses y escoceses que no se basa en las diferencias de confesión religiosa que hay entre ellos, mismas que hasta ese momento los tiene en constante conflicto.

De acuerdo con Serjeantson, la Restitution de Verstegan completa el cuadro de las inquietudes intelectuales y de identidad de un grupo de personajes de habla inglesa que se mueve en torno a Shelton en los Países Bajos españoles. Así, lo que une a Verstegan con Nugent es la necesidad del reconocimiento de la identidad de los grupos que no comparten ni la religión, ni los derechos de los nobles de la corte isabelina. Estos autores se valen de la lengua inglesa para afirmarse frente a la corona y frente al Protestantismo anglicano. Por un lado, Nugent utiliza la lengua y las formas líricas inglesas para tematizar a Irlanda con la misma importancia con la que se alababa a la reina Isabel; por otro, Verstegan argumenta que detrás de las diferencias políticas y religiosas que hay entre Irlanda, Escocia e Inglaterra, estas regiones están unidas por un antecedente lingüístico común. De los personajes que menciona Serjeantson, la figura que no analiza bajo el esquema de la búsqueda del reconocimiento político-religioso es la de Shelton; sin embargo, su investigación nos da los elementos para profundizar en la comprensión de la primera traducción del Quijote.

Después de la aparición de sus poemas en las obras de Nugent y de Verstegan, volvemos a tener noticias de Shelton gracias a la publicación de la Primera Parte del Quijote en 1612. La traducción, que aparece en la imprenta de Edward Blount (a quien le debemos los ‘folios’ de Shakespeare y la traducción al inglés de los Ensayos de Montaigne) contiene la siguiente dedicatoria:

TO THE RIGHT HONOVRABLE HIS VERIE GOOD LORD, THE Lord of Walden, &C.

Mine Honourable Lord; hauing Translated some fiue or sixe yeares agoe, the Historie of Don Quixote, out of the Spanish tongue into the English, in the space of forty daies: being thervnto more then halfe enforced through the importunitie of a very deere friend, that was desirous to vnderstand the subiect: After I had giuen him once a view thereof, I cast it aside, where it lay long time neglected in a corner, and so Little regarded by me as I neuer once set hand to review or correct the same. Since when, at the intreatie of others my friends, I was content to let it come to light, conditionally, that some one or other, would peruse and amend the errours escaped; my many affaires hindering mee from vndergoing the labour. Now I vnderstand by the Printer, that the Copie was presented to your Honour: which did at the first somewhat disgust mee, because as it must passe, I feare much, it will proue farre vnworthy, either of your Noble view or protection. Yet since it is mine, though abortiue, I doe humbly intreate, that your Honour will lend it a fauourable countenance, there by to animate the parent thereof to produce in time some worthier subiect, in your Honourable name, whose many rare vertues haue already rendred me so highly deuoted to your seruice, as I will some day giue very euident tokens of the same, and till then I rest,

Your Honours most affectionate Seruitor,

Thomas Shelton.(12)

El primer elemento problemático de esta dedicatoria es la fidelidad de las afirmaciones de Shelton. Al principio, por ejemplo, sostiene que tardó apenas 40 días en hacer la traducción, dato que podríamos tomar casi como una broma si consideramos que el lector tiene en sus manos un volumen de dimensiones considerables. El segundo dato, y probablemente el más controvertido, es el que se refiere al amigo para quien Shelton originalmente había traducido la obra. Nos parece que de las opciones que se han manejado —mismas que no excluyen nombres como Beaumont o Shakespeare—, la más factible sea la de Verstegan (13) o la de algún miembro de la comunidad irlandesa que estuviera en los Países Bajos españoles, de entre quienes se puede contar, por cierto, al hijo del conde Tyrone que para entonces también vivía en los Países Bajos españoles. A pesar de lo anterior, cabría pensar que también este dato es falso —tal vez una broma— y que el querido amigo simplemente es una forma indirecta de referirse al rey Jacobo (a quien sabemos le gusta la idea de tener una mayor presencia de lo español en su corte), al padre de Theophilus, Lord Howard, o a Robert Cecil. Ahora bien, rompernos la cabeza en torno a esto no nos llevará a nada —los propios especialistas aún no han podido llegar a ninguna conclusión al respecto de este tema—; no obstante, el personaje a quien está dedicada la obra y el círculo de autores que rodea a Shelton mientras traduce, son elementos que pueden ayudarnos a elaborar una explicación en torno al porqué de la traducción.

Como ya se mencionó brevemente más arriba, la práctica de las dedicatorias de las obras es fundamental para entender los propósitos de sus autores. Desde la perspectiva de las dinámicas de mecenazgo, la dedicatoria puede interpretarse como lo que un autor puede dar a cambio de la paga de la impresión de un libro o del otorgamiento de una renta periódica; de manera similar, las dedicatorias funcionan también como ‘solicitudes’ para ganarse el favor de algún personaje con poder y de este modo encontrar un nicho laboral estable. Como lo menciona David Harris Willson en King James VI and I, el mismo rey Jacobo era una figura proclive a beneficiar a los autores de obras que apoyaban sus ideas e iniciativas.(14) De aquí, tal vez, la razón por la cual Verstegan le dedica la Restitution al monarca. En el caso del Quijote de Shelton, la traducción está dedicada a Theophilus Howard, hijo del Lord Chamberlain del rey. Si tomamos en cuenta la vida y principales actividades de este personaje,(15) no encontraremos nada particular en esta figura que lo vincule con el mundo de las letras en la corte del rey Jacobo; sin embargo, si lo vemos a través de la dinámica de las dedicatorias, podremos entender más de los motivos por los cuales él es el destinatario de la traducción.

En 1612, año de la publicación de la traducción del Quijote, aparece Pilgrimes Solace, un libro de composiciones musicales escrito por John Dowland y también dedicado a Theophilus Howard. Este mismo año, Dowland, músico irlandés católico que hasta ese momento había vivido una vida errática por Europa, se vuelve laudista del rey Jacobo. Visto desde la perspectiva de las dedicatorias, Pilgrimes Solace, es apenas una de las muchas obras que Dowland le dedicó a personajes de la corte inglesa: su Second Book of Songs (1600) está consagrado a Lucy Russell, condesa de Bedford y personaje cercano a la reina Isabel; sus Lachrimae, or Seaven Tears (1604) a la esposa del rey Jacobo, Ana de Dinamarca y la traducción del tratado de música Micrologus (1609) a Robert Cecil, la persona más cercana al rey en ese momento. Todos estos datos nos hablan de un proceso a través del cual Dowland fue paulatinamente ganándose el favor y la simpatía de quienes rodeaban al rey, situación que finalmente le llevó a ser nombrado laudista real en la corte inglesa.

Siguiendo la pauta que nos da el caso de Dowland, y además tomando en cuenta los problemas económicos que el traductor del Quijote tendrá unos años después de que aparezca esta novela en Londres, podemos suponer que la intención de Shelton al dedicarle su traducción a Theophilus Howard es la de buscar un lugar en la corte inglesa como traductor o maestro de español (hay que recordar que en esta época el español es la lengua de moda en la corte inglesa). Las credenciales de una educación jesuita y la traducción de un libro que por su temática encajaba con la popularidad de lo español en la corte de Jacobo I,(16) podían darle buenas esperanzas de lograr su cometido. Ahora bien, un primer indicio del fracaso de este plan lo podemos ver cuando comparamos su dedicatoria con las de Dowland: a diferencia del músico, Shelton carece de la pomposa retórica que era determinante para lo que él buscaba.(17)

Por otro lado, el carácter de las obras de los autores con quien sabemos que Shelton se relacionaba durante los años en los realiza su traducción, permiten especular que detrás del primer propósito de la traducción, Shelton también podría estar contribuyendo —de manera indirecta, pues en ningún punto de su dedicatoria menciona su procedencia— junto con Nugent y Verstegan a buscar el reconocimiento político y religioso de los grupos irlandeses perseguidos dentro y fuera del reino de Inglaterra. En este sentido, la traducción del Quijote podría verse como una suerte de contribución velada a la lucha en torno al reconocimiento del derecho de los irlandeses a ejercer más autonomía en temas religiosos y políticos. Que un irlandés sea capaz de traducir al inglés una obra extensa y llena de expresiones de varios géneros literarios como el Quijote, implicaría que, así como los eruditos ingleses, también los irlandeses pueden hacer contribuciones importantes a la cultura angloparlante y que más que como sus subordinados, Inglaterra podría obtener más provecho de los irlandeses si les permitiera mayor autonomía. Lamentablemente, la poca información que se tiene de Shelton y de su círculo social en los Países Bajos españoles no permite abonar mucho a esta lectura.

Imagen 1: Inicio del primer capítulo del Quijote en la traducción del Thomas Shelton


Después del Quijote

Es curioso que tras la publicación de la traducción del Quijote haya mucha más información en torno a Shelton que corrobora lo que se sabe acerca de él, pero no abona a la mejor comprensión de su traducción. En 1613, el clérigo Gelasius Concan acusa al padre Cusak, el fundador de colegios irlandeses en los Países Bajos españoles, de mandar información al monarca inglés a través de un tal «Thomas Stertone». Un año antes, Shelton, fungiendo como portavoz de las inquietudes de los clérigos católicos irlandeses del continente, le demanda en términos diplomáticos a Robert Cecil negociar con el rey más tolerancia para con la religión católica de los irlandeses: «Mr. Cusake President of all the Irish Seminaries of these parts intreated mee to write to your Lords. humbly requesting that it would please you to deale with his Majesty to tolerate as muche as is possible with religion in Ireland».(18) No obstante, la manera con la que termina la carta es muy contundente y, más que solicitud cortesana, sus palabras expresan un aire de rebeldía: «This is all that the present state of matters permits mee to write; desyreng that your Lo: will excuse my bowldnes, and receiue it from one that neither does it for interest or is any way interressable more then honour and reason shall leade hime».(19) Siguiendo la interpretación de Knowles en el sentido de que estas líneas expresan una negativa a subordinarse a la monarquía inglesa, podemos entonces deducir dos cosas: por un lado, que esta actitud seguramente se interpuso con las intenciones de Shelton de ganarse un puesto en la corte del rey Jacobo, y por otro, que no es descabellado sustentar la tesis de que la primera traducción del Quijote podría considerarse como parte de un movimiento cultural irlandés que desde varios flancos busca mayor autonomía política y religiosa.

Gracias al intercambio epistolar que Shelton entabló con William Trumbull, diplomático inglés en los Países Bajos españoles, sabemos que en 1613 Shelton partió a París con una carta de recomendación de este último dirigida a Sir Thomas Edmondes, embajador inglés en Francia. En este documento Trumbull menciona que a pesar de no aprobar la religión de Shelton, reconoce sus buenos conocimientos de español y de francés. Además, la carta menciona que Shelton es un perseguido y que su intención de ir a París es la de estudiar física. Pero la fortuna no le sonrió a Shelton en París. A partir de sus cartas a Trumbull y a otros familiares solicitándoles dinero para sus enfermedades o más cartas de recomendación, sabemos que Shelton tiene para entonces una compañera sentimental y que de no encontrar pronto trabajo se irá a España o a Italia. En 1614, después de un invierno pesaroso, Shelton le escribe a Trumbull expresándole sus deseos de regresar a Inglaterra para buscar el perdón de Theophilus Howard y así poder encontrar un medio de subsistencia; «or yf you thinke fit, that I expect a pardon from England, I will drive of tyme utill it may bee had, for I haue a greate hope, by my Lord of Waldens [Theophilus Howard] meanes, to get some aduancement yf I were ther...».(20) Después de 1614 hay un vacío de información de 15 años, donde lo único que se sabe es que, en 1620, durante la época en la que el rey Jacobo vuelve a entablar relaciones con la monarquía española, aparece la traducción de la Segunda Parte del Quijote, aparentemente también traducida por Shelton.(21) Sin embargo, no vuelve a hacer datos concretos del traductor sino hasta el año de 1629 cuando el clérigo Thomas Strange, guardián de los franciscanos en Dublin, le informa en una carta en español al padre Luke Wadding que Thomas Shelton ha recibido la orden de sacerdote y que es buen candidato para St. Isidore, la residencia estudiantil y seminario franciscano que aquél había fundado en Roma en 1625.


NOTAS

(1) Además de hacer al entonces rey de Escocia un aliado político en contra de España, con esta acción la reina inglesa logra evitar los problemas que generó su orden de ejecución de la reina María Estuardo de Escocia, madre del rey Jacobo. Su ejecución se realizó el 9 de febrero de 1587 y se justificó a partir de los constantes intentos de la reina escocesa por aliarse con Francia y España en contra de Inglaterra.

(2) El rey Jacobo intentó al inicio del siglo XVII que el rey Felipe III accediera a que el príncipe inglés, Enrique, se casara con una de las infantas. Sin embargo, Enrique muere en 1612 de tifoidea, lo que implicó que los esfuerzos por casar a un príncipe inglés con una infanta comenzaran de nuevo varios años después cuando el segundo hijo varón de Jacobo I, Carlos, tuvo edad suficiente para el matrimonio. También estos intentos fracasarán y Carlos terminará casándose con Enriqueta María de Francia.

(3) Tres ejemplos representativos del trabajo crítico que se ha realizado en torno a la primera traducción del Quijote son: el libro «Don Quixote» and the Shelton Translation (1982) de Sara Forbes Gerhard, el artículo «La primera traducción inglesa del Quijote de Thomas Shelton (1612-1620)» (1983) de Carmelo Cunchillos Jaime y los trabajos que se recopilan en los primeros capítulos de The Cervantean Heritage (2010).

(4) Un intento de lo anterior lo llevo a cabo en mi tesis La primera traducción del Quijote por Thomas Shelton: posición del traductor y énfasis en la teatralidad, de donde está tomada buena parte del contenido del presente artículo. En este trabajo intento mostrar que parte de la estrategia que utiliza Shelton en su traducción implica enfatizar la teatralidad de la novela cervantina. Según se intenta argumentar, dicha estrategia estaba en consonancia con el tipo de lectura inicial que tuvo la novela y con el gusto teatral inglés.

(5) Anthony Pym, Method in Translation History, Manchester, St. Jerome, 1998, pp. IX-X.

(6) En este artículo todas las citas de fuentes primarias relacionados con la vida de Shelton están tomadas de esta publicación de Knowles (Edwin B. Knowles, «Thomas Shelton, Translator of Don Quixote», Studies in the Renaissance, 5 (1958), 160-175.).

(7) Esta acción de la corona inglesa llevó a la muerte a miles en esta región —se calcula que hasta 30.000 personas fallecieron—, a castigos ‘ejemplares’ para los cabecillas de la rebelión y a que, además, se desatara una plaga en la ciudad portuaria de Cork.

(8) Knowles, op. cit., p. 165.

(9) Ibid., p. 166.

(10) El cambio en la ortografía del nombre pudo haber sido un error o una modificación intencional debido a las circunstancias de persecución que éste vivía en ese entonces.

(11) Deirdre Serjeantson, «Richard Nugent’s Cynthia (1604): A Catholic Sonnet Sequence in London, Westmeath, and Spanish Flanders», en David Coleman (ed.), Region, Religion and English Renaissance Literature, Londres, Routledge, 2016, p. 70.

(12) Knowles, op. cit, p. 161.

(13) El hecho de que, entre muchas de sus ocupaciones, Verstegan también haya sido agente editorial de diplomáticos ingleses en los Países Bajos después de su exilio de Inglaterra, sugiere que él pudo haber sido un medio a través del cual Shelton se pudo informar del gusto inglés y su mundo libresco. Las actividades mercantiles de Verstegan con Inglaterra también invitan a pensar que fue a través de él que la versión inglesa del Quijote de Shelton llegó a la isla y que la dedicatoria a Theophilus Howard haya sido una idea o recomendación suya. Cfr. Paul Arblaster, «Verstegan [formerly Rowlands], Richard», Oxford Dictionary of National Biography.

(14) Al final del siglo XVI y después de haber publicado sus ideas con respecto a qué significa ser rey y cómo hacerlo en su Basilikon Doron (1599), el rey Jacobo estaba más que dispuesto a recibir apoyo en torno a sus ideas y sobre todo en torno a su derecho a heredar el reino inglés. Walter Quin y sir Thomas Craig, por ejemplo, se vieron beneficiados en la corte escocesa por haber escrito textos que apoyaban las ideas del monarca. Esta dinámica se dio a lo largo del reinado de Jacobo I en Inglaterra y se presentaba con mayor frecuencia cuando el monarca tenía desacuerdos con el Parlamento o con el grupo más conservador de los protestantes.

(15) Gracias a la cercanía de su padre con el rey, Theophilus Howard se hizo de varios señoríos en Gales y se posicionó junto con otros nobles a la cabeza de un grupo que promovía la colonización de América. A Theophilus le interesaba particularmente la comercialización del tabaco que se producía en Virginia, una de las primeras colonias inglesas en América del Norte. Después de que su padre perdiera el favor del rey, Theophilus logró salvarse de la ruina familiar al ganarse la amistad del duque de Buckingham.

(16) Al estudiar la recepción inicial de la traducción de la Primera Parte del Quijote de Shelton es interesante notar que lo que más tuvo éxito en las adaptaciones teatrales, tanto en Inglaterra como en España, fueron las historias intercaladas. Algo que busco demostrar en mi tesis es que el lenguaje con el que Shelton traduce estas historias nos permite deducir que en ellas encontraba mayor valor literario que en las historias de las aventuras de don Quijote. Este hecho concuerda, a su vez, con el prestigio y popularidad de las temáticas que contienen episodios como los de Marcela y Grisóstomo, Cardenio o la temática de El curioso impertinente.

(17) Como una muestra de la diferencia de estilo de uno y otro autor cabe simplemente contraponer el encabezado de las dedicatorias que ambos le hicieron a Theophilus Howard: mientras Shelton comienza la suya con un tono sobrio y directo, «TO THE RIGHT HONOVRABLE HIS VERIE GOOD LORD, THE Lord of Walden, &C.», Dowland se explaya en los títulos y la relación del noble con la corona inglesa, «TO THE RIGHT HONORABLE THEOPHILVS, LORD WALDEN, SONNE AND HEIRE TO THE MOST NOBLE, THOMAS, BARON OF WALDEN, EARLE OF SVFFOLKE, LORD CHAMBERLAINE OF HIS MAIESTIES HOVSEHOLD, KINGHT OF THE MOST Noble Order of the Garter, and one of his Maiesties most Honourable Prinnie Connsell. Cfr. John Dowland, A pilgrims Solace, ed. William Barley, Londres, 1612, disponible en < http://kulturserver.de/home/harald-lillmeyer/Texte/Downloads/Bilder/Dowland1/BilderDowland1.html> [consultado por última vez el 25 de octubre de 2018].

(18) Knowles op. cit., p. 170.

(19) Ibid.

(20) Ibid., p. 172

(21) En la primera parte del artículo «La primera traducción inglesa del Quijote de Thomas Shelton (1612-1620)», Carmelo Cunchillos Jaime resume la discusión que hay en torno a la aparente no autoría de Shelton de la Segunda Parte del Quijote.

(22) «Calendar of seventeenth-and eighteenth century documents at the archives of the Irish College Rome», disponible en <http://www.irishcollege.org/wp-content/uploads/2011/02/Calendar-of-17th-and-18th-century-Irish-College-Rome-archival-material.pdf> [consultado por última vez el 2 de abril de 2018].

(23) El dato lo menciona Roger Chartier en su estudio sobre el Cardenio de Shakespeare, la obra perdida que podría demostrar que el dramaturgo inglés conocía la traducción de Shelton: «El libro de Cervantes se había vuelto familiar para la princesa y parece haberla acompañado durante mucho tiempo: frecuentes, en efecto, son las comparaciones tomadas de Don Quijote en las cartas que ella dirige a su amigo sir Thomas Roe, un gentilhombre de la Cámara privada del rey Jacobo I, que la había escoltado a Heidelberg en 1613» (Roger Chartier, Cardenio entre Cervantes y Shakespeare. Historia de una obra perdida, trad. Silvia Nora Labado, Buenos Aires, Gedisa, 2012, p. 53).


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